Mis inicios en la fotografía son trabajando para varios periódicos locales y revistas especializadas, cubriendo corridas de toros por toda la geografía nacional.
Si no hubiera estudiado la carrera de arquitectura, probablemente hoy no me estaría dedicando a la fotografía, ya que es la única especialidad que hago y que realmente me gusta como para hacerla profesionalmente.
Pasé varios años viajando, sin destino fijo y sin billete de vuelta, siempre con una Nikon FM2 en la mochila. Fueron unos años apasionates entre Asia, Oriente Medio y África y ello me marco hasta hoy en el ir siempre ligero y discreto de equipo fotográfico.
Mi escenario es casi siempre Pamplona, la ciudad en la que vivo. Algo tan sencillo como contemplar la vida en las calles de mi ciudad se ha convertido en un ensayo personal.
Tuve suerte, o estaba preparado para cuando llegó la suerte, y mi primer encargo como fotógrafo, a la semana de estar allí, fue para el New York Times.
Me metí en la Universidad con la intención de aprenderlo todo en el grado de Audiovisuales y Multimedia. Que equivocado estaba…
Es en la fotografía Still Life donde me permito hacer locuras y jugar con los colores, dejando paso libre a mi mundo interior, la creatividad, imaginación y buen humor.
Creo que es muy importante el uso de un buen material para obtener un mejor resultado, sobre todo en situaciones extremas, por eso siempre intento contar con el mejor equipo posible
En el confinamiento, decidí dedicar la integridad de mis días a hacer esperas y fotos a las aves que sobrevolaban la azotea de mi casa.
Me encanta el color y me llama mucho la atención la geometría, pero eso no lo encontraba en la fotografía de calle que veía en foros especializados, donde dominaba el blanco y negro y la composición apresurada.
El llamado mundo animal, difícil y misterioso, es en realidad un campo lleno de emociones, duras y cálidas a partes iguales.
Soy técnico superior en gestión forestal y del medio natural, además de educador ambiental. Siempre me han apasionado los animales.
Es muy potente ver cómo gente que en principio no tiene nada que ver con la fotografía utiliza la imagen para dar a conocer problemáticas sociales en primera persona.
Me convertí en fotoperiodista, he cubierto eventos politicos, sociales, deportivos, desastres naturales, nota roja, migracion y narcotrafico.
Tras asistir a algunos cursos especializados en fotografía de arquitectura y realizar algunos trabajos, decidí establecerme profesionalmente como Fotógrafo de Arquitectura & Interiorismo.