La fotografía siempre ha sido mi gran pasión. Todo comenzó cuando cayó en mis manos la reflex que mis padres tenían por casa, una vieja analógica de la que no recuerdo ni su marca, tras quitarle el polvo y fundir un montón de carretes conseguí sacar algunas fotos decentes que alimentaron mi curiosidad por aquel aparato que conseguía parar el tiempo…
Por aquel entonces la única información que se podía obtener era a través de los libros sobre fotografía que iba descubriendo en librerías. Era 1994 y la extensa información de la que hoy disponemos gracias a internet ni siquiera existía.

Mis primeros conocimientos los adquirí a través del método heurístico, ya sabes, «prueba y error» hasta conseguir los resultados esperados. Le fui cogiendo el gusto y a partir de entonces la cámara empezó a acompañarme a todas partes, hacía fotos de mis amigos, de mis viajes, de mis salidas al monte, todo sin grandes pretensiones más que la de albergar recuerdos.
En 2005, con la compra de mi primera moto, mi afición fotográfica se centró más en la fotografía de eventos de temática motorista, retratando viejas máquinas de hierro y grasa transformadas y ennoblecidas por las manos de verdaderos artesanos.
Durante esos años hice muchos kilómetros en moto y asistí a muchos eventos, eso dió como resultado una gran cantidad de fotografías que alimentaron una web en la que compartía todos esos encuentros a los que asistía como «Motógrafo» y en los que inmortalizaba todas esas obras de arte. Algunas de aquellas fotografías ilustraron varios artículos en revistas del sector motorista.

Otra de mis grandes pasiones ha sido la arquitectura y el interiorismo, durante más de 8 años estuve trabajando como delineante. Creo que lo que hizo que mi fotografía virase hacia este campo fue mi formación en Proyectos de Edificación. Un año antes de terminar mis estudios, mi interés fotográfico se fue centrando cada vez más en el maravilloso mundo de la arquitectura.
Curioso por naturaleza centré mis esfuerzos en buscar la escasa información que había sobre esta disciplina fotográfica y acabé empapándome de maravillosos conocimientos. Tras asistir a algunos cursos especializados en fotografía de arquitectura y realizar algunos trabajos, decidí establecerme profesionalmente como Fotógrafo de Arquitectura & Interiorismo.

Mi trabajo me permite viajar, conocer artistas interesantes y disfrutar con las perspectivas, la simetría, los diferentes colores y texturas.
La magia de la luz crea atmósferas maravillosas en un espacio en el que puedo componer los elementos existentes para mostrar todo su potencial, mi finalidad es ayudar a arquitectos e interioristas a impulsar su trabajo a través de la fotografía, en la mayoría de los casos es lo más cerca que sus futuros clientes podrán estar de su obra.
La vieja analógica de mis padres dio paso a una Minolta, también analógica, y de ahí pasé a una Canon 7D con un Canon 15-85mm de segunda mano con los que disfruté durante muchos años hasta que decidí dar el salto al full frame.
Empecé con una Canon 6D, también de segunda mano, que al poco tiempo cambié por una Canon 5D Mark IV nueva con la que trabajo actualmente.
Me decidí por ella tras hacer un exhaustivo estudio de mercado de las cámaras que había en aquel momento, su relación calidad-precio, su funcionalidad, fiabilidad, manejo de menús y ergonomía me convencieron y a día de hoy no tengo intención de cambiarla.

Durante todos estos años he ido jugando con distintas lentes, curiosamente, aún antes de haberme especializado en la fotografía de arquitectura & interiorismo nunca me he decantado por focales largas, a parte del canon 15-85 también tuve un ojo de pez samyang 8mm que vendí cuando me cambié a full frame.
De Zeiss a Canon
Durante mucho tiempo disparé con un Carl Zeiss Distagon T* 18mm de enfoque manual con el que hice mis primeros trabajos, una lente de una calidad maravillosa y unos resultados asombrosos, eso sí, pesado y robusto como buen alemán que es.
Lo cambié por el descentrable Canon TS-E 17mm f4 L que utilizo en la mayoría de fotos de interiorismo en las que el espacio es reducido, aunque tengo que tener cuidado porque a veces puede llegar a deformar objetos situados muy al borde del encuadre.

El Canon EF 24-70 f4 L IS USM es el todo terreno que suelo utilizar para captar los detalles, este pequeño y polivalente me da mucho juego en el rango focal que abarca, también tengo el Canon 50 1.8 II pero que rara vez utilizo.
La última gran adquisición ha sido el descentrable estrella, el Canon TS-E 24mm f3.5 L II, su ángulo de visión es muy similar al nuestro y al igual que el 17 TS-E, tiene una calidad maravillosa.
Cámara 360 grados
También tengo una Ricoh Theta Z1 debido a que, cada vez más, mis clientes están demandando fotos 360º y recorridos virtuales y esta cámara tiene la peculiaridad de hacer fotos en RAW, imprescindible si quieres hacer una mínima edición.
El equipo lo complemento con una rótula micrométrica de Manfrotto MHXPRO-3WG Geared y un trípode de carbono ideal para alguien de 1,98m, el Triopo 3232 X 8C que, sin extender la columna central, llega a los 2m.
A parte, un portafiltros Cokin Z Lee y un par de filtros de Lucroit de 100x100mm, un 3 pasos (HQ ND 0.9) y un 10 pasos (HQ ND 3.0) para poder aumentar los tiempos de exposición y hacer fotos más creativas.

Además, aunque siempre trabajo con luz natural, tengo un flash de mano por si la situación lo requiere, un Canon Speedlite 580 EX II.
Todo el equipo, excepto el trípode que lo suelo llevar a parte, lo transporto en una mochila Lowepro ProTactic 350 AW de medidas 31 x 23 x 43 cm que me permite subir como bolso a parte de la maleta de cabina y de esta manera no despegarme del equipo en los vuelos. Para la edición y postproducción utilizo Lightroom y Photoshop.
Web y redes sociales
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Foto de portada: Centro deportivo – Antonio Desmonts – Madrid