Mi nombre es Juan Boado, fotógrafo de bodas en Bilbao (aunque muchas veces en otras provincias). Desde siempre me gustaba el concepto «congelar un momento», pero tardé en materializarlo en fotografías.

Empecé a trastear con las desechables de las de antes, y en un viaje a Londres me dejaron una compacta. Con ella descubrí que la fotografía me transmitía una sensación de «mono» brutal, ya con veintitantos.

Tengo la suerte de que las dos últimas temporadas he crecido y aprendido mucho en el sector, y en pocos años he realizado un número muy elevado de reportajes. Aunque mi historia realmente empezó casi por casualidad en el mundo bodas.

Estuve primero un par de años trasteando con la cámara, comencé a hacer reportajes para empresas y visitas virtuales para hoteles en España. Trabajos la mayor parte orientados a publicidad y marketing. Esa era mi idea de negocio principal, así que hice un curso empresarial en mi ciudad, y me dieron una subvención para poder desarrollarlo.

Al poco tiempo, un familiar cercano se casaba, y como yo era «el de las fotos» me comentó a ver si quería realizar el reportaje. Yo accedí, puesto que siempre me había llamado la atención las bodas, pero ahí todavía no sabía la exigencia que tenían… y acabé hecho polvo!

Los últimos años he cambiado por completo los trabajos publicitarios por la fotografía de boda, llegando a ser esta última entre un 85-90% de mi facturación anual. Es una disciplina fotográfica muy completa, disfruto muchísimo conociendo gente nueva, sus familias, y proveedores con los que se trabaja mano a mano.

La comunicación con las parejas es algo que me apasiona, ya que al hacer fotografía natural, necesito que estén relajados y se muestren tal y como son. Sigo estudiando día a día, ya que a parte de haber cursado varios workshops, en Internet tenemos una fuente de información valiosísima, y cada vez más fotógrafos hablan de cómo trabajan abiertamente.

Mis cámaras son una Sony a7III y una Nikon D800, ya a punto de jubilar. Este año di el paso a mirrorless y estoy muy contento, para mi trabajo es genial: rápida y muy efectiva. La utilizo con lentes fijas, casi siempre mi querido Sony 35mm 1.8 (ligero como una pluma) que es ideal para fotoperiodismo, o bien con el Sony 85mm 1.8 para secciones de la boda concretas; por ejemplo el reportaje de novios, o algún robado a invitados.

También tengo un Sony 50mm 1.8 que apenas he usado, es muy básico y en principio no le doy utilidad. En la Nikon suelo meter un angular, casi siempre el Nikon 24mm 2.8, aunque a veces juego con el zoom Nikon 16-35mm F4. De manera muy exclusiva, en alguna boda en la que la ceremonia es en una iglesia grande, utilizo el Tamron 70-200mm F2.8.

También tengo el flash Nikon SB900, que solo uso como luz de relleno en los bailes con poca iluminación. Incluso a veces de manera creativa disparado en remoto, como luz de contra. Tengo esta mezcla de marcas puesto que yo antes utilizaba Nikon, y ahora me encuentro cambiando a Sony poco a poco. 

Utilizo unas correas de cuero magníficas para poder llevar los dos cuerpos, son de la firma Teya Project. Te permiten tener las manos libres cuando lo necesitas y además no cargas tanto la espalda. Llevan conmigo 5 años y están intactas absolutamente.

Web y redes sociales

WEB: juanboado.com
Instagram: @juan_boado
Youtube: JuanBoado
Facebook: juanboadophoto