Madrileño, 50 años. Casado y padre de tres hijas, soy, y no me avergüenza decirlo, un “producto de Instagram”. Yo tenía una cámara, como todo el mundo. Mis padre me regalaron una Nikon D50, creo recordar, cuando terminé la carrera de arquitectura. La cámara la usaba como la usa todo aquel que hace fotos de manera amateur, para documentar viajes, fiestas de cumpleaños, el nacimiento y los primeros pasos de mis hijas mayores, etc. Pero lo que realmente hizo que empezara a hacer fotos de manera compulsiva fue la compra de mi primer “smartphone”, un iPhone 3GS, y la aparición de Instagram, todo ello en 2010.

Esta combinación fue decisiva para que aparcara mi cámara y, a partir de ese momento, me dedicara a hacer fotos exclusivamente con un teléfono móvil, las compartiera en Instagram y empezara a tener “reconocimiento”.

Confieso también que jamás he estudiado fotografía. Parte de mi aprendizaje se lo debo a escuchar a otros, a acudir a exposiciones, ver vídeos en YouTube, etc. Pero principalmente soy autodidacta, aprendo a base de prueba y error. El masivo consumo de imágenes al que estamos abocados hoy en día me ha permitido desarrollar mi propio criterio, mi propio gusto. Ya sé qué me gusta, qué no me gusta, porqué me gusta y porqué no me gusta.

Desgraciadamente, a pesar de un inicio prometedor como arquitecto, con algún que otro concurso de arquitectura ganado, mi trabajo profesional, hace ya muchos años, giró hacia el mundo de las tasaciones. Taso como trabajo que me permite vivir. Con ello consigo aportar dinero mensualmente a la economía familiar, pero resulta ser un trabajo rutinario, carente de creatividad y emoción. La fotografía, por el contrario, sí me aporta estos dos ingredientes, por lo que se ha convertido en mi pasión, que no en mi profesión, y sí me da esa emoción, esa creatividad, ese plus tan necesario para que mi vida, mi familia aparte, tenga sentido. Como he dicho en más de una ocasión: “No nací fotógrafo, pero me siento fotógrafo”.

Soy arquitecto, eso está por encima de todo. Por este motivo, mi fotografía es “urbana”, la realizo principalmente en espacios exteriores, tomando la ciudad como escenario de mis fotos. Los primeros años eran la ciudad y sus calles las protagonistas, las personas eran meros actores secundarios en las mismas. Poco a poco, sin embargo, fui dando la vuelta a este concepto, animado por esa vorágine de imágenes que llegan continuamente a nuestros móviles, y fue creciendo en mi el interés por la llamada “fotografía de calle” o “streetphotography”, en la que son ahora las personas las que se convierten en el elemento principal de mi trabajo, y las calles los escenarios en los que se colocan estos elementos protagonistas. Este giro en mi forma de ver la ciudad es la que me ha permitido formar parte del colectivo madrileño La Calle Es Nuestra, colectivo referente en nuestro país en cuanto a fotografía “de calle” se refiere.

Desde prácticamente el primer día que empecé a hacer fotos con mi teléfono, me interesé por el apasionante mundo de los reflejos. Fue algo intuitivo, me atrevería a decir. Hoy en día veo en redes muchas imágenes de reflejos, cuando yo empecé, no había vista ninguna antes. Descubrí que estamos rodeados de reflejos, sea en charcos, en los capós y parabrisas de coches y autobuses, en las fachadas de los edificios, etc. Me aficioné a fotografiar la ciudad reflejada, una forma de ver el mundo muy diferente de la que lo vemos habitualmente. Podemos ver el mundo de manera directa, tal y como lo ven nuestros ojos, o de manera indirecta, a través de los reflejos. Para mí, es mucho más interesante esta última forma de verlo. Me permite sumergirme en una realidad mucho más excitante, mucho más ensoñadora.

Como dije, soy arquitecto, lo cual hace que me interese también, y mucho, la fotografía de Arquitectura, aunque ese interés sólo se despierta cuando me encuentro frente a edificios interesantes, arquitectónicamente hablando.

Luego, como todo el mundo, tengo un lado intimista, que no suelo hacer público, en el que documento la vida de mi casa, de puertas para adentro, hago muchos retratos a mis hijas, posando para mí, y sin posar. De hecho, he disfrutado muchísimo documentando los meses de confinamiento que tuvimos que padecer todos. Espero, algún día, hacer una publicación con este trabajo.

Mis únicas cámaras son las de los diferentes teléfonos móviles que he ido teniendo. Empecé, como dije, con un IPhone 3GS, luego pasé al 4S y terminé con un IPhone 6. En 2015, me gusta creer que debido a que mi trabajo como “fotógrafo móvil” interesaba, empecé a hacer colaboraciones con Huawei. De hecho, he llegado a ser embajador de la marca durante año y medio. Desde entonces, mi trabajo fotográfico se realiza exclusivamente con teléfonos de esta marca. Empecé con un P8, pasé por los P9, P10, Mate10, P20 Pro, P30 Pro, y actualmente tengo un Huawei P40 Pro+.

La fotografía móvil ha avanzado muchísimo en los últimos años. Los primeros móviles tenían una única lente, equivalente a un gran angular de 27/28 mm. Tener este tipo cámara, con una única focal, podía limitar la creatividad para cierto tipo de fotografía, aunque debo reconocer que yo nunca me sentí limitado, pues era la focal perfecta para el tipo de fotografía que me gustaba hacer. Hoy en día, mi P40 Pro+ lleva cuatro cámaras: la principal con una focal equivalente a 27mm, otra llamada “ultra gran angular”, equivalente a 16mm, y dos teleobjetivos de 3 y 10 aumentos respectivamente, equivalentes a un 81mm y 270mm. Es decir, hoy en día puedo abarcar desde un 16mm a un 270mm, todo ello en un dispositivo que no llega a los 230 gr. Además, se pueden hacer fotografías en RAW. Si usas esta opción, el teléfono te ofrece la fotografía hecha en RAW, y el “JPG directo” que él mismo procesa.

A pesar de todos estos avances tecnológicos, todavía existen muchos detractores de la llamada “fotografía móvil”, especialmente por parte de fotógrafos profesionales. Yo, sin embargo, creo firmemente que todo tipo de fotografía pueden coexistir. A la fotografía móvil no se le puede negar su carácter de inmediatez, rapidez. Yo la encuentro ideal para mi fotografía de calle, en la que prácticamente paso desapercibido con un teléfono en la mano, gesto tan habitual hoy en día. Yo, con mi teléfono, lo hago todo: capturo, proceso y comparto en redes. No necesito nada más.

Por el tipo de fotografía que hago (urbana, “Street”, arquitectura) utilizo siempre los sensores de 27 y 16 mm, es decir, ultra y ultra gran angular. Rara vez utilizo los teles. Cuando hace 3 años, en octubre de 2017, Huawei sacó su primer móvil con lente ultra gran angular, el Mate 20 Pro, para mí se abrió un campo inmenso de posibilidades. Me gusta mucho usar esta lente, tanto para Street como para arquitectura.

Usar lentes con esta distancia focal cuando hago “Street” me obligan a acercarme mucho al protagonista/as de mis fotos, lo cual me produce una sensación que me gusta, me produce una descarga de adrenalina difícil de describir.

Es fácil de entender que, haciendo fotos con un teléfono móvil, no uso mochila fotográfica. Voy por la calle con el teléfono en la mano, la función cámara encendida, y nada más. Las baterías de los teléfonos móviles actuales permiten que, si sales a la calle con el teléfono cargado, no tengas la necesidad de recargar la batería, tienes para muchas horas fotografiando. Hace años, con teléfonos con baterías de menor duración, si salía a la calle con un cargador portátil, pero hoy en día ya no es necesario.

Tengo un trípode Joby Gorilla, pero que rara vez lo uso. No lo necesito para mi trabajo diario. No soy amigo de largas exposiciones. Sólo lo saco si salgo a hacer fotografía nocturna, rara vez, aunque cada vez es menos necesario. El sistema operativo de los teléfonos móviles, al menos los Huawei, vienen con la llamada Inteligencia Artificial, AI, lo cual ayuda, mediante software, a que podamos hacer fotografías sin trípode, de hasta seis segundos de apertura de obturación, y no salgan movidas.

Para completar mi “mochila” fotográfica, voy siempre con mis cascos inalámbricos en el bolsillo. En función del momento, de la situación, me los pongo o no. Unas veces siento la necesidad de empaparme del sonido de la calle, otras veces me gusta oír la radio (no suelo escuchar música).

Web y redes sociales

Instagram: @luison y @luison_street
Mi blog es: www.luisonrh.com
PDF en el que voy colgando todo lo que voy consiguiendo como “fotógrafo móvil”: Luis Rodriguez Mobile Photographer