Para mí, no hay nada mas especial y mas espiritual que estar en contacto con los elementos de la naturaleza.
Un dia vi anuciado un curso de fotografía nocturna y ligthpainting cuyos resultados me parecían muy llamativos, por lo que me decidí a hacerlo y quedé irremediablemente enganchado a la fotografía nocturna, sobre todo orientada al paisaje.
Intento abrir al máximo mis sentidos y me dejo provocar por la tierra, el aire, los aromas, la temperatura y el sonido, a la espera de aquel momento de magia.
Para paisaje no necesito el enfoque más rápido ni el sensor estabilizado, y como no hago video, tampoco necesito ningún cuerpo que grabe en 4K.
Hasta el momento he fotografiado 163 cascadas en Chile. Siempre me he sentido atraído por ese tipo de ambientes mágicos que se generan en los bosques lluviosos y ambientes llenos de humedad.
Me di cuenta entonces de qué me gustaba realmente y había que subir el liston. Hasta ese momento yo no sabía lo que era disparar en raw, ya que mi cámara solo disparaba en jpg.
Mis inicios en este arte surgen, como en muchas otras personas, haciendo fotos tipo recuerdo. Muchas las conservo en álbumes en distintas estanterías de mi casa.
Un día decidí salir al balcón de mi casa a probar fotografías de larga exposición por la noche. El resultado me fascinó y decidí profundizar más en esa temática.
Llegar a la cima de una montaña después de una larga caminata y fotografiar paisajes hermosos, pasar la noche durmiendo entre los árboles y hacer fotos del cielo estrellado, me ha permitido una conexión especial con la naturaleza.
Me considero, más que fotógrafa, una exploradora incansable, dispuesta a cumplir mi deseo de explorar y conocer cada uno de los rincones de este planeta maravilloso, sobre todo los parajes naturales.
Son tantas las sensaciones que se unen a veces que cualquiera que haya avanzado de manera seria en esto, se sentiría muy reflejado en lo que os estoy contando.
Era el típico chaval que se llevaba la cámara desechable a los viajes de estudios y acababa haciendo fotos a todos los paisajes y ninguna a mis compañeros.
Estando en la naturaleza me siento pleno, tranquilo, feliz, emocionado, pienso mucho, me encanta sentir la energía del bosque, la inmensidad de las montañas, escuchar el rugido del mar, mirar las estrellas.
Hace ya unos cuantos años que, cuando puedo, viajo con la cámara en mano, descubriendo lugares increíbles, en momentos no menos increíbles, en los que a veces, estar sólo, lo hace inolvidable.