Después de probar muchas cosas descubrí la fotografía de boda a ahí encontré mi pasión. Ahora tengo la suerte que mi trabajo me lleva alrededor del mundo.
La adrenalina y concentración para captar el momento exacto, el conocimiento técnico necesario para tomar decisiones rápidamente, presenciar eventos, contar sus historias a través de imágenes y transmitir esas emociones al público, todo esto me enamoró.
Desde pequeña siempre he vivido atraída por el mundo de la imagen, pues mi padre es pintor, y mi abuelo también lo era. Ellos han sido mi principal fuente de inspiración.
Durante más de 35 años he participado en la ilustración de más de quinientos libros de diferentes temática y guías de viaje, campañas publicitarias, exposiciones, conferencias y cursos, para un gran número de certámenes y entidades.
Empecé a viajar por Europa haciendo fotos de paisajes y streetphotography, disfrutando de la esencia de la fotografía en contacto con la calle y la gente.
En la fotografía tengo la posibilidad de contacto con la gente y este aspecto es vital, a parte de hacer el clic y difundirlo, la relación entre los protagonistas y yo es esencial para poder contar bien la historia.
Con mi trabajo intento aportar una mirada distinta a este género. Creo que cada animal tiene una alma que es posible capturar.
Nuestro estilo está influido por ese gusto por la relación con las personas. Eso otorga a nuestros reportajes la cercanía y proximidad que los diferencia.
Estudié un curso de fotografía profesional en uno de esos centros de renombre donde se paga mucho y no se aprende nada, y tuve que pasar al autoaprendizaje repasando los clásicos libros de Michael Langford una y otra vez
Con un bagaje de cultura visual y conocimientos técnicos más profundos adquirí esa confianza en mi misma para seguir haciendo fotos y empezar a aceptar proyectos de cualquier temática
Me gusta mucho la música y por eso disfruto trabajando en ese rumbo, ya sea para Rolling Stone, para fotos de prensa o tapas de discos.