De mi trabajo me gusta mucho que es muy humano; conocer gente nueva, intentar sacar su lado más íntimo, o simplemente retratar momentos importantes y emotivos para ellos.
Durante más de 35 años he participado en la ilustración de más de quinientos libros de diferentes temática y guías de viaje, campañas publicitarias, exposiciones, conferencias y cursos, para un gran número de certámenes y entidades.
En la fotografía tengo la posibilidad de contacto con la gente y este aspecto es vital, a parte de hacer el clic y difundirlo, la relación entre los protagonistas y yo es esencial para poder contar bien la historia.
Cuando empecé a trabajar como fotógrafa me di cuenta que las producciones que más me interesaban y disfrutaba eran las que implicaban situaciones en las que la comida estuviera involucrada.
Se viven momentos muy especiales, es un estilo de fotografía muy emocional, y yo soy una persona que se deja llevar por las emociones.
Estudié un curso de fotografía profesional en uno de esos centros de renombre donde se paga mucho y no se aprende nada, y tuve que pasar al autoaprendizaje repasando los clásicos libros de Michael Langford una y otra vez
Me gusta mucho la música y por eso disfruto trabajando en ese rumbo, ya sea para Rolling Stone, para fotos de prensa o tapas de discos.