Vivir en Japón despertó mi creatividad. Intento combinar movimiento y naturalidad a la hora de fotografiar, y mantener la edición y el retoque lo más cercano a la realidad.
Durante toda mi vida siempre he sido muy inquieto, y he conocido a muchos fótografos de otros estilos fotógraficos, sobre todo documental y calle, que me han aportado ese extra en mi forma de documentar un evento como es una boda.
Me dedico a la fotografia de bodas y junto a 16 fotógrafos mas. El boca a boca junto al buen trabajo y el amor que le ponemos nos llevo a dónde estamos.
Sonrisas, alegría, lágrimas, abrazos y miles de emociones son los que componen este mundo del que tan orgulloso estoy de formar parte.
Empecé comprando mi primera cámara en 2001. En esa época realizaba muchas excursiones a Pirineos y decidí adquirir una cámara para tratar de inmortalizar los espacios naturales que visitaba
Con un bagaje de cultura visual y conocimientos técnicos más profundos adquirí esa confianza en mi misma para seguir haciendo fotos y empezar a aceptar proyectos de cualquier temática
Utilizo mi Rolleicord para proyectos artísticos o aquellos a los que le puedo dedicar más mimo y mi cámara digital en aquellos proyectos en los que necesito obtener una cantidad más extensa de fotos finales.
Me gusta mucho la música y por eso disfruto trabajando en ese rumbo, ya sea para Rolling Stone, para fotos de prensa o tapas de discos.
Desde entonces casi todas las semanas gastaba carretes que al revelar salían fotos o blancas o negras, así que me “piqué” para saber qué estaba fallando y ahí comenzó mi amor por la fotografía.
Después de vivir en distintas ciudades, encontré mi camino en Santiago, donde estudié fotografía y de manera simultánea trabajé asistiendo a otros fotógrafos que se desempeñaban en publicidad y moda.
Empecé a obsesionarme con la fotografía de calle, a estudiarme todos los libros de fotos de los grandes maestros, y creo que vi todos los vídeos que encontré en YouTube para aprender.